
La formación en línea y virtual ya estaban aquí y ahora se van a utilizar más. Todxs hemos leído y experimentado las ventajas de ambas modalidades: llegar a más personas, la facilidad de acceso sin desplazamiento, ahorro en recursos de infraestructura, comodidad, elección de horarios en caso de la formación virtual… Todas ellas son muy de agradecer y hay que sopesar en cada caso.
Pero por otro lado me estoy encontrando una utilización de este tipo de formación que no tiene ninguna ventaja sino todo lo contrario:
- WEBINAR a oscuras sin saber con quién hablo.
- Talleres que en realidad son conferencias.
- Aumento exponencial de personas participantes.
- Gratuidad de la formación a cambio de ganar en visibilidad.
- Grabación sin permiso de la persona docente.
- Difusión masiva de contenido sin objetivo concreto.
- Encuentro de formación que no son sino venta de lo mío.
- Difusión del logro de objetivos en dos horas de formación online que en realidad responde a catorce horas de formación presencial.
Debemos tener claro el objetivo de nuestra presencia en la red para el aprendizaje, sea cual sea el medio que vayamos a emplear. ¿Qué objetivos pretendo conseguir con el Taller? ¿Cuáles son los contenidos concretos a comunicar y enseñar? ¿Cuánto tiempo voy a necesitar? ¿Cómo divido las sesiones? ¿Cómo de dinámicas deben ser las sesiones de trabajo? ¿Qué proporción debe guardar la teoría y la práctica? ¿A cuántas personas me voy a dirigir? ¿Debo dividir en grupos? ¿Qué materiales y tecnología voy a necesitar? ¿Qué ritmo guardar dentro de las sesiones y entre sesiones? ¿Llevaré a cabo tutorías?
No perdamos el norte o el sur o la dirección que se quiera, la tecnología es un medio no un fin en si mismo.
La enseñanza necesita contacto con tacto.
Que pases buena semana y gracias por recibir. Un abrazo Isabel.
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